Vivimos rodeados de ruido, plástico que envuelve nuestra comida, hidrocarburos que respiramos, radiaciones que de telefonía, wifi, radio… tóxicos solubles en el agua que bebemos, metales pesados, y un muy largo etcétera.
En este contexto cobra especial importancia nuestro hogar, nuestro entorno más cercano, y en el que podemos pasar una media superior a diez horas diarias.
Estaría genial encontrar un libro que nos explique e indentifique todos o la mayoría de los tóxicos con los que convivimos a diario.
Este es un capítulo central del libro «Vivir sin tóxicos» de Elisabet Silvestre, y que ha inspirado la entrada de esta semana; pues una parte muy importante de nuestra salud depende de los hábitos tóxicos que tenemos (nuestro entorno, nuestro aire, nuestra habitación de casa…) y esta obra es un instrumento genial para empezar a tomar conciencia de que una vida más saludable es posible.
Por supuesto, manteniendo una buena alimentación y una actividad física elevada o moderada.
La importancia del ambiente es obvia, pero, el libro dedica un capítulo a la alimentación y los contaminantes en los alimentos, a la comida y la forma de preparación.
Habla de nitritos y nitratos en los alimentos (compuestos utilizados como fertilizantes en agricultura, pero que también son aditivos alimentarios y que pueden resultar tóxicos para nuestra salud), otros pesticidas y plaguicidas como el DDT o el hexaclorociclohexano (HCH), antibióticos y hormonas presentes en alimentos de origen animal, metales pesados, aditivos, dioxinas, transgénicos, nanopartículas y compuestos presentes en los envoltorios de los alimentos.
Pero también habla de alimentos ecológicos, compuestos tóxicos generados en el proceso de cocinado: como la acrilamida, los hidrocarburos policíclicos aromáticos o furanos; y finalmente de utensilios de cocina, con sus ventajas e inconvenientes desde la perspectiva de la salud y la toxicidad que nos pueden provocar.
Parte del contenido me recuerda a la charla de hábitos saludables que impartimos el pasado 27 de Octubre y en la que tratamos la importancia del ambiente en la salud. El libro de Elisabet Silvestre ofrece un punto de vista ampliado y riguroso con aplicaciones prácticas para mejorar nuestro día a día.
Este cambio conductual, mejorará no solamente nuestro estado de ánimo, sino que también nos protegerá y prevendrá de sufrir innumerables patologías como el cáncer, alergias, patologías respiratorias tales como el asma, del sistema nerviosos, y otras nuevas que están emergiendo por culpa de mayor tiempo de exposición a estos factores de riesgo ambientales, como la sensibilidad química múltipre o la electrosensibilidad. En palabras de Elisabet:
«en pleno siglo XXI empezamos a darnos cuenta de que quizás, en vez de luchar contra las enfermedades sin ser capaces de erradicarlas de nuestra vida, obtendríamos mejores resultados cambiando ciertos estilos de vida poco saludables, al tiempo que promovemos todo aquello que nos aporta SALUD, en mayúsculas.»
La verdad es que este libro es una verdadera obra maestra y me atrevería a calificarla de obligatoria para los profesionales sanitarios y de la salud. Y para los que os interese, pero todavía no estéis convendidos de comprarlo, podéis echarle un ojo en la biblioteca municipal del Depósito del Sol, en Albacete.
Por todos estos motivos, la salud depende de nosotros, de nuestras acciones. De nuestros hábitos, los que repetimos a diario. El ejercicio que hacemos, o el que no hacemos, la comida que comemos, o la que no comemos, el entorno que nos rodea, y el que no lo hace.
Bibliografía:
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Vivir sin tóxicos. Cómo ganar bienestar y salud en tu vida cotidiana. Elisabet Silvestre (2014) RBA, 1ª Edición. Barcelona.