En los últimos años han descendido considerablemente diversos indicadores de salud. Sedentarismo, contaminación atmosférica, peores hábitos alimentarios en general, y del estilo de vida en particular (abuso de pantallas y tecnologías digitales, drogas y tóxicos, estrés…).
Sobre la pérdida de salud humana y ecosistémica provocada por el acelerado estilo de vida de los últimos años ya tuvimos ocasión de hablar en El colapso de la Salud. En esta ocasión, hablamos de la relación entre los hábitos y la fertilidad humana. Pues aunque no se puede considerar la fertilidad un condicionante clásico, o mejor dicho, un factor a tener en cuenta a la hora de hablar de salud, típico; es cierto, que en los últimos años, para muchas personas, asegurar su descendencia se está convirtiendo en un problema, que roza e invade las preocupaciones más profundas, e incluso las relacionadas con su salud.
Por eso, es tan importante centrarnos en los factores modificables del estilo de vida que pueden ayudarnos, tanto a mejorar nuestra salud, como la fertilidad.
En varias ocasiones hemos abordado este tema, como en el artículo Dieta y ¿fertilidad? publicado en Más allá del placer, o más recientemente: ¿Influye el estilo de vida en la fertilidad masculina?
Antes de profundizar en los enlaces, seguro que intuyes que la respuesta es que sí, que el estilo de vida, guarda una clara relación con la salud humana en diversos aspectos. Y lo mismo ocurre con la fertilidad, donde se ha evidenciado en los últimos años, que conductas de riesgo, perniciosas, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, una mala alimentación (rica en ultraprocesados, comida basura, carnes rojas…) y el sedentarismo, por citar algunos de los factores con una relación más clara con la fertilidad, reducen la misma considerablemente.
Tal es el punto, que antes de plantearse técnicas sofisticadas como la fecundación in vitro u otros tratamientos para aumentar la fertilidad, la primera línea -al igual que pasa con muchas otras patologías crónicas no transmisibles- es abordar el estilo de vida y mejorar los hábitos de las personas.
Un buen estilo de vida, nos puede regalar, además de más años, años en buena salud. Años de calidad de vida.
En nuestra mano está escoger el camino que deseamos. Independientemente del motivo principal, o los valores que vayan asociados a dicha saludable decisión.