Las terapias naturales, los suplementos naturales y otros productos naturales elevan el riesgo de efectos adversos al hacernos pensar que por ser naturales son mejor, cuando no tiene por qué.
De hecho, en muchas ocasiones, el riesgo de los suplementos y productos naturales que nos venden en herbolarios y podemos encontrar por internet, sin ninguna receta ni complicación es mucho mayor que el riesgo de consumir un fármaco, pues estos tienen filtros más estrictos de aprobación, comercialización, y prescripción. Y un suplemento natural, no necesita superar todas estas atapas y filtros de seguridad, que aunque se pueden mejorar mucho, especialmente en transparencia y en resultados no publicados que ocultan farmacéuticas, como nos señala Ben Goldacre, nos ofrece ciertas garantía de seguridad.
Pero los productos y suplementos naturales no tienen necesidad de proporcionar estudios bien diseñados, de que el producto es efectivo para las patologías que dicen aliviar, ni siquiera de que la dosis efectiva es la que recomienda el fabricante, por lo que los riesgos para la salud aumentan considerablemente al propiciar que la dosis pueda ejercer efectos adversos o tóxicos en el organismo. Estos suplementos tampoco están obligados a presentar las interacciones que pueden suceder al consumirlo junto a otros fármacos o alimentos, lo que aumenta el riesgo para la salud, y propicia la aparición de complicaciones. Pese a que son bien conocidas las interacciones que pueden provocar muchos compuestos fitoquímicos vegetales. Y aunque estos compuestos vegetales naturales, se pueden usar como tratamientos, dependiendo de la dosis pueden ser un veneno. Por lo que la importancia de regular estos compuestos vegetales es magnánima. Cuando además, el sesgo o la falacia tan extendida de concebirlos y minimizar sus riesgos simplemente por ser considerados naturales, hace un flaco favor a la salud pública, y esta concepción es exacerbada por la publicidad de farmacéuticas y empresas que comercializan dichos compuestos.
Por lo tanto, antes de comprar o consumir cualquier suplemento natural, o complemento natural de cualquier índole. Pregúntate si de verdad lo necesitas, si de verdad es o puede ser efectivo para la dolencia o malestar que recomiendan. Infórmate bien de sus posibles efectos adversos, contraindicaciones e interacciones, especialmente si tienes alguna patología o condición especial como embarazo, lactancia, o es para niños. Asegúrate de que la dosis es adecuada y segura, no consumas ningún suplemento a granel o que no indique la dosis de los compuestos bioactivos, pues puedes incurrir en intoxicaciones o problemas por interacción.
Si finalmente has valorado los riesgos y beneficios que supone consumir dicho tratamiento o suplemento, y los beneficios son apabullantemente claros frente a los riesgos e inconvenientes, y no tienes ninguna contraindicación absoluta o relativa, te recomendamos que le consultes a tu médico de cabecera y valores con él o ella si te recomienda el consumo de dicho suplemento, te asesorará y te ayudará en la toma de decisiones, y te puede prevenir de interacciones o efectos adversos que pasaste por alto.
No tomes decisiones de salud en base a opiniones o recomendaciones sesgadas de comerciales o vendedores, y apóyate en profesionales sanitarios. Y no olvides, que aunque sea natural, los suplementos y productos naturales también pueden ocasionar graves efectos adversos en la salud.
Y son especialmente preocupantes, cuando se eligen tratamientos de dudosa calidad y sin base demostrada, frente a otros mejor estudiados y de los que se conoce su eficacia, efectos adversos, dosis óptima, y por supuesto, son prescritos y supervidados por facultativos y profesionales sanitarios.
Aunque creas que se trata de una molestia o dolencia leve, piénsatelo dos veces antes de tomar algún suplemento o remedio natural, pues hasta en estos casos leves, los efectos adversos para la salud pueden ocasionar mayores perjuicios si no se realiza individualizando el tratamiento y teniendo en cuenta otros factores, que suelen pasar por alto en herbolarios y parafarmacias.
¡Consulta con tu profesional sanitario y no te automediques!
Referencias
Ben Goldacre. Mala Farma. Paidós, 2013.
Tres. J.C., Interacción entre fármacos y plantas medicinales. Anales Sis San Navarra, vol.29 no.2 Pamplona. 2006