¿Te imaginas que el médico te pudiera derivar a un dietista especializado en coaching para mejorar tu alimentación y tus hábitos?

La educación nutricional es la herramienta para conseguir cambios conductuales en la alimentación de la población.

Es uno de los métodos más efectivos para instaurar una alimentación saludable, pero para conseguir estos objetivos no vale solamente con plasmar la teoría en un papel, y esperar a que se cumplan tarde o temprano.

Para entender la mejor manera de procurar unos cambios mantenidos en la población y mejorar su estilo de vida, recientemente ha aparecido un nuevo enfoque: el coaching.

El coach es el encargado de conseguir nuestros objetivos mediante consenso y guiándonos de la manera más eficiente para conseguir tal fin.

Se encarga de motivarnos mediante las preguntas adecuadas, se encarga de hacernos comprender que si queremos un cambio, él nos puede ayudar, pero la clave está en nosotros, nosotros somos los últimos responsables de nuestros actos.

El coaching nutricional se ha convertido por lo tanto en una herramienta fundamental para mejorar los hábitos alimentarios de la población, prevenir y tratar enfermedades como la obesidad, la diabetes u otras muchas que ponen en riesgo nuestra salud cardiovascular.

Para ello el coach se sirve de la psicología, la sociología y otras ciencias que permiten comprender como funciona la mente humana, pues en muchas ocasiones el problema radica aquí.

Somos conscientes de que tomar comida basura es malo, pero paradójicamente seguimos consumiendo estos alimentos. Lo mismo ocurre con el tabaco.

¿De qué manera el gobierno es responsable del fracaso en la prevención de la obesidad?

¿Por qué un dietista-nutricionista tiene que ser un gasto privado del que se lo pueda permitir?

¿Acaso la obesidad o la hipertensión o el cáncer no requieren de un equipo multidisciplinar que aborden holísticamente la complejidad de una enfermedad multifactorial?

Llevamos tiempo pidiendo la inclusión de un profesional que aborde la alimentación en los centros sanitarios, y se desoyen nuestros gritos.

Reflexión

Este año seguirá muriendo gente por enfermedades relacionadas con la alimentación que se podrían evitar con profesionales especializados, se abaratarán costes, y se mejorará el tiempo de recuperación.

Pero de momento parece que hay otras prioridades, al menos, mientras existan dietistas y nutricionistas privados, parece que no es obligación del gobierno procurar una asistencia sanitaria de calidad.