La educación alimentaria o nutricional consiste en una metodología práctica para enseñar a la población cuáles son los hábitos de vida saludables relacionados con la alimentación y la nutrición humana.

Se basa en la adquisición y comprensión de los conceptos básicos de la nutrición, para progresivamente aumentar esta complejidad hasta el punto que la persona sea capaz de continuar su aprendizaje de manera autónoma.

Esta metodología de trabajo es posiblemente la más utilizada en la actualidad por los Dietistas Nutricionistas ya que se han visto muy buenos resultados, y lo mejor de todo, es que estos nuevos hábitos perduran en el tiempo, ya que no hace falta que esté un profesional sanitario constantemente encima de la persona, sino que ellos saben lo que deben hacer, ya que conocen los riesgos asociados de no mantener esos hábitos.

La idea es que cada persona aprenda a comer.

Que sean capaces de alimentarse correctamente, y de una manera que puedan mantener a lo largo de su vida, sin necesidad de depender de una dieta (entendida como dieta restrictiva), o contar rigurosamente las calorías.

La educación nutricional es importante en las enfermedades cardiovasculares y las gastrointestinales, así como intolerancias alimentarias. Es más en este tipo de patologías es imprescindible y no basta con concienciar al paciente, en ocasiones es conveniente que toda la familia se involucre.

En personas sanas también es importante una educación nutricional, ya que mantener en el tiempo malos hábitos, puede desencadenar problemas de salud importantes.

He aquí la importancia de conocer por qué necesitamos alimentos como las frutas y las verduras, los frutos secos o el aceite de oliva, así como conocer la función que tienen las vitaminas y la fibra en nuestro organismo, por poner algunos ejemplos.