Estrategias de prevención de la obesidad infantil y juvenil

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La obesidad es un problema de salud pública, debido a su morbilidad y prevalencia muy alta en diversos países que se ve en niños y adultos por igual.

A nivel mundial, en el año 2000 había alrededor de 22 millones de niños con obesidad menores de cinco años de edad (1). Para hacernos una idea, el porcentaje de niños con sobrepeso y obesidad en España ronda el 40%, algunos datos son peores, como los del estudio Aladino, que sobrepasó el 45% (2); pero en otros países, las cifras son similares y la pandemia continúa en aumento promovida por el fomento de estilos de vida sedentarios y políticas al servicio de lobbies y empresas, así como hábitos alimentarios paupérrimos; en México la cifra de sobrepeso infantil es de 19,8% y la obesidad 14,6% (1); y en Colombia ha aumentado el sobrepeso y la obesidad en todos los grupos poblacionales (3). Lo peor de todo es que las previsiones realistas no son optimistas, sino lo contrario.

En este contexto ¿qué podemos hacer?

«En atención primaria se debe seguir trabajando para prevenir la obesidad infantil. Asimismo, hay que intentar aprovechar las revisiones de salud escolar para insistir en los beneficios de la dieta mediterránea, aconsejar dormir las horas de sueño adecuadas a cada edad y fomentar las actividades deportivas» (4). Pero con las políticas que rigen la publicidad, los impuestos reducidos a las bebidas y alimentos más perjudiciales, y previsiblemente las políticas que se están negociando en Europa para aprobar tratados de libre comercio como el CETA o el TTIP, parece que no hay mucha voluntad política de mejorar la salud pública. Sino mas bien seguir manteniendo los beneficios económicos de determinadas multinacionales  alimentarias.

Alimentos ricos en fibra
El consumo de fibra y alimentos integrales es importante para mejorar la salud.

La educación nutricional también parece que puede mejorar los hábitos de los jóvenes, veamos las conclusiones del artículo publicado este año en la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética titulado «Los elementos de efectividad de los programas de educación nutricional infantil: la educación nutricional culinaria y sus beneficios» dice lo siguiente(5):

«La educación nutricional culinaria o la educación en habilidades culinarias se presenta como una de las modalidades más eficaces pues el aprendizaje práctico sobre cómo preparar y cocinar los alimentos saludables ha demostrado beneficios como: el incremento del consumo de frutas y verduras, la mejora de las habilidades culinarias, la mejora de las creencias acerca de la alimentación, la mejora de las conductas alimentarias, la prevención de la obesidad infantil y la mejora de las elecciones dietéticas. A pesar de los beneficios descritos, se hace necesario tener un conocimiento más profundo e investigar en las variables de efectividad de la educación nutricional culinaria, especialmente en España. «

Y es verdad que la obesidad es una enfermedad multifactorial complicada, y hay que prestar atención a numerosos factores. Pero tampoco podemos descuidar el clima o ambiente familiar, la forma de educar de los padres y las relaciones y emociones que se crean y se transmiten en la alimentación de los hijos.

Hay que tener en cuenta que esta es una etapa clave para la adquisición de hábitos, ya sean saludables o insalubres.

Es importante mantener una actitud positiva para con la alimentación: no obligarles a comer determinados alimentos que no les apetezcan e intentar encontrar otras estrategias para que los consuman, o sustituirlos por otros alimentos de composición parecida, educarlos en la lectura de etiquetado alimentario, dar ejemplo y consumir fruta, verdura y legumbres con regularidad, pueden ser estrategias interesantes para mejorar los hábitos de salud de los más jóvenes.

Vegetales

Bibliografía:

1. Renán García-Falconi, Valentina Rivas Acuña, Julita Elemí Hernández Sánchez, Herminia García Barjau y Catherine Braqbien Noygues (2016). Ansiedad, Depresión, Hábitos Alimentarios y Actividad en Niños con Sobrepeso y Obesidad. Horizonte Sanitario 15, 2: 91-97.

2.Estudio de vigilancia del crecimiento ‘Aladino’. Ministerio de sanidad, política social e igualdad. Madrid, 2011.

3. Isabel Cristina Castrillón, Oscar Ignacio Giraldo Roldán (2014). Prácticas de alimentación de los padres y conductas alimentarias en niños: ¿Existe información suficiente para el abordaje de los problemas de alimentación? Revista de Psicología Universidad de Antioquía. 6 (1).

4. Palomares M.J., Sanantonio F., Romany P.C. (2015) Dieta mediterránea y estilos de vida. Relación con la obesidad en los preadolescentes.

5. Al-Ali N., Arriaga Arrizabalaga A. (2016).Los elementos de efectividad de los programas de educación nutricional infantil: la educación nutricional culinaria y sus beneficios. Rev Esp Nutr Hum Diet. 20 (1).

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