Vendedores de humo y otras dietas

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Dietas milagro y dietas de moda que no cumplen sus promesas y perjudican tu salud y la de los que están a tu alrededor

 

Hoy en día la preocupación por la apariencia y el estado físico ha provocado que aumente considerablemente el marketing hacia este sector de la población preocupado por su figura.

En vez de vender salud y realizar un análisis justo, racional y científico de la evidencia actual, enmascaran un producto “mágico” bajo supuestas propiedades que no aportan beneficio alguno para la salud del consumidor, e incluso es más probable que tengan contraindicaciones, ya que sus componentes se pueden acumular o interaccionar con otros alimentos o fármacos.

Los fraudes alimenticios y de suplementos nutricionales son cada vez más variopintos e ingeniosos. Además, algunos de ellos los podemos encontrar en las farmacias, como los complementos de omega 3, o productos capaces de eliminar la grasa localizada.

Como comenta Aitor Sánchez en su entrada “¿harto de mitos nutricionales?”

Lectura por cierto más que recomendada.

presentación de plato con verduras
Entre estas dietas destacan las hipocalóricas, las que se centran en uno o varios alimentos, las disociadas….

Ahora está de moda todo lo que contenga la palabra detox o detoxificante: otro cuento chino.

Un alimento o producto puede tener propiedades diuréticas, es decir, que nos haga perder líquidos; pero la detoxificación, es un proceso que se encarga de realizar nuestro organismo sin necesidad de acudir a ninguna tienda.

El citocromo P 450 es uno de estos elementos, que junto a innumerables reacciones hepáticas y renales mantienen nuestro organismo en una estrecha homeostasis o equilibrio, que nos permite presumir de un correcto estado de salud.

Vegetales

Evidentemente necesitamos una cantidad determinada de nutrientes, los cuales se encuentran en mayor proporción en determinados alimentos (fruta, verdura, frutos secos, cereales integrales, aceite de oliva…).

frente a otros alimentos que aportan mayoritariamente energía y generalmente dinamitan nuestro estado de salud (dulces, bollería, azúcar, refrescos, galletas, embutidos…), unos por un consumo excesivo de kcal, otros por las grasas trans, o simplemente por que desplazan al resto de alimentos con más densidad nutricional.

 

Los hábitos saludables requieren constancia, por definición cualquier hábito requiere continuidad; y asimilar nuevos hábitos es un proceso lento y progresivo que no se adquiere ni en días, ni en semanas: en ocasiones dura años. Por lo que desconfiar por norma de cualquier producto o dieta que ofrezca grandes beneficios al instante suele ser un consejo acertado o al menos prudente.

Intenta buscar la dieta con la que más disfrutes y te permita mantener un peso saludable, y te aporte todos los nutrientes que necesitas.

Procura que sea variada y aderezarla con actividad física, si puede ser combinando el entrenamiento neuromuscular y cardiovascular sería lo ideal, sin olvidarse del ejercicio recreativo y de ocio.

Corredores en el ocaso

A lo mejor tienes el concepto de dieta, como el «castigo» que nos autoasignamos cuando cogemos unos kilos, o al proceso temporal al cual nos sometemos para probar un nuevo estilo o moda alimentaria. Pero te sugiero que lo cambies por uno más coherente.

Dieta es sinónimo de alimentación, y es algo que tenemos que realizar durante toda la vida para desarrollar correctamente todas nuestras funciones vitales.

Por lo tanto asimila paulatinamente todos los hábitos saludables que puedas, e intégralos en tu dieta, hay muchas dietas saludables, pero ninguna fórmula mágica para ayudarte a encontrar la tuya rápidamente y sin esfuerzo.

 

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