El entrenamiento personal es aquel que se realiza con y bajo la supervisión de un profesional en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Es un entrenamiento guiado durante toda la sesión, desde el calentamiento hasta el final, ya se termine con estiramientos, relajaciones o cualquier tipo de ejercicio, normalmente en intensidad decreciente.
Esta supervisión supone ventajas evidentes con respecto a las clases tradicionales o las sesiones colectivas. Para empezar, el grado de individualización es máximo. Un entrenador personal para una persona. Lo que se asocia con ventajas, beneficios y una calidad superior con respecto a otras sesiones que no tienen las mismas características.
Veamos las principales ventajas del entrenamiento personal
Disminuye el riesgo de lesión
Disponer de un profesional, atento a la ejecución de los ejercicios durante toda la sesión, va a prevenir en muy alta proporción el riesgo de lesión. Además, si sufres alguna patología o arrastras alguna lesión previa, es importante comunicárselo a tu entrenador, para que lo tenga en cuenta y adapte tu entrenamiento, los ejercicios y las cargas a tu situación actual.
Mejora la adherencia al entrenamiento
El hecho de quedar con tu entrenador personal va a impedir procrastinar, o no asistir al gimnasio. Ya que si te has comprometido con él, tienes la responsabilidad de asistir. Además, los entrenamientos personales mejoran la adherencia al entrenamiento, ya que no se hacen monótonos, cada entrenamiento es diferente, y el trato humano y cordial hace que muchas veces, las ganas de ver a tu entrenador y contarle qué tal la semana, sea un potente aliciente.
Mejora del rendimiento físico y la consecución de objetivos
Al disponer de un entrenador personal, la individualización es muy alta, lo que facilita que la planificación del entrenamiento se ajuste a nuestras necesidades como un guante a la mano. La progresión y la mejora de las capacidades físicas son mucho más fáciles conseguir a través del entrenamiento personal, que con clases colectivas, rutinas u otro tipo de entrenamientos.
Aumenta la satisfacción personal
Conseguir poco a poco los objetivos, terminar todos los entrenamientos propuestos, y ver cómo mejoramos nuestra capacidad cardiorespiratoria o nuestra fuerza máxima, es un aliciente brutal para sentirnos mejor todavía. La adherencia al entrenamiento, y conseguir nuestros objetivos. Darnos cuenta de que podemos hacer lo que nos propongamos, aumenta nuestra satisfacción personal y nuestra confianza en nosotros mismos.
Entrenar en un entorno agradable y distendido
Ya lo hemos comentado antes al hablar de la adherencia. Y es que es mucho más divertido entrenar con amigos o gente de confianza, como al final acaba convirtiéndose normalmente tu entrenador personal, que en solitario.
Divertirnos y disfrutar del entrenamiento influye mucho en el seguimiento y la continuidad de un programa de actividad física. Un buen entrenador personal sabrá tener esto en cuenta.
Hemos comentado algunas ventajas, pero también hay contras o desventajas. La principal es el precio. Y es que disponer de un profesional durante una sesión completa, tiene un precio, y evidentemente, es más caro que una clase colectiva. Este es el principal inconveniente para mucha gente, que no se puede permitir un entrenador personal.
También podemos considerar como inconveniente, a veces, la peor disponibilidad, o los problemas de agenda, ya que la sala del gimnasio y las clases colectivas suelen tener un horario más amplio, que el entrenador. En ocasiones por conflictos de agenda, y especialmente si no hay buena comunicación y organización, esto puede suponer una complicación. Pero un buen entrenador debe sacar siempre un hueco para sus clientes.
Hay gente que puede preferir las clases colectivas por “la caña” que le dan, o porque le gusta sudar la camiseta a altas intensidades, aunque para la mayoría de población,
es mucho más recomendable, al menos al principio, contar con el asesoramiento de un profesional, y más adelante, conforme mejore su forma física y nivel técnico, valorar otras posibilidades.
Pero es un error común comenzar con entrenamientos en sala, o clases colectivas, sin tener las nociones suficientes para controlar la intensidad y las cargas, o prevenir el riesgo de lesión.
Al igual que no se nos ocurre tirarnos a la piscina sin saber nadar, tampoco deberíamos lanzarnos a una sala de musculación sin conocer la técnica de los ejercicios, la carga del entrenamiento apropiada, los tiempos de descanso, o la velocidad de ejecución de los ejercicios. Todos estos parámetros los controlará estupendamente un entrenador personal, te enseñará y te facilitará mejorar, y progresar de manera segura, y disfrutando.