Nos encontramos ante un libro auténtico. Original y extraño, que posiblemente asiente las bases de un género de ensayos tan peculiar, que se merecen su propio hueco dentro de los textos argumentativos.
Luis Aguilar impregna esta obra con un toque de humor para aliñar un mestizaje de géneros a los que siempre se ha prestado el ensayo. Aforismos, poesía, diario, tintes autobiográficos… pero la miscelánea no tiene porqué ser ecléctica.
Quizá este libro se recuerde como «El ensayo ecléctico» en vez de como un ensayo ecléctico más.
¿De qué trata? Podemos decir que hay un eje transversal relacionado con la salud. Pero ni siquiera su autor ha sabido responder satisfactoriamente a esta pregunta. Nos tememos que quien desee responderla, tendrá que adentrarse entre sus inquietantes páginas.
«Luis Aguilar, al que conozco desde que era un niño, ha escrito este ensayo interesantísimo donde puedes aprender cosas “chanantes” y otras que, simplemente, te dejarán con el culo torcido.»
Joaquín Reyes
