La educación de hábitos saludables (alimentarios y físico-deportivos) es fundamental en la prevención de enfermedades
En España, al igual que en la mayoría de países industrializados, el aumento de las comodidades y las facilidades que brindan las nuevas tecnologías, ha aumentado de manera preocupante el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades cardiovasculares relacionadas con una mala alimentación y un déficit de actividad física y deportiva.
Un grupo especialmente de riesgo son los adolescentes y los niños, ya que la adolescencia es una etapa clave en la que se consolidan los hábitos que van a ir adquiriendo poco a poco hasta la edad adulta.
En vista de esta situación, se plantea el interrogante de cómo mejorar la transmisión de este conocimiento en el currículum escolar.
Aunque también es cierto que para que la educación sea efectiva, debe reforzarse y complementarse en todas las áreas afectivas del niño, siendo de especial importancia sus amistades, la familia, y la publicidad y mensajes que reciben constantemente de los medios de comunicación (televisión, radio, Internet, escaparates).
Está muy bien plantearse estrategias para mejorar los hábitos saludables de nuestros jóvenes, pero también hay que regular otros factores como la publicidad, y el conflicto de intereses entre determinadas empresas y multinacionales, las cuales bombardean con sus mejores artimañas a los fácilmente persuadibles adolescentes.
Si nos esforzamos por transmitir en la escuela hábitos saludables, pero en cuanto salen de ella se tumban estas enseñanzas por fuerzas tan poderosas y convincentes como la propaganda subliminal, o el deseo de formar parte de una determinada corriente social predominante, y con otros valores alejados de la Salud, habremos fracasado en nuestro intento de mejorar la educación y las capacidades críticas de nuestros ciudadanos.
Hacia la integración de la alimentación y la actividad física
Cada vez son más los profesionales que proponemos un estudio conjunto y la integración de estas dos ciencias. Pérez de Eulate y Gavidia et al. (2015) abogan por que se le dé un trato conjunto a la alimentación y la actividad física en Educación Secundaria para prevenir algunos de los problemas de salud que afrontan los jóvenes.
Para ello se reunieron un grupo de expertos en CC de la Salud, Nutrición, Medicina, Actividad Física y Deporte, Educación e investigación y tras una revisión y documentación del problema, llegaron a un consenso sobre los conocimientos, competencias y habilidades que se debían enseñar.
Así, también concluyeron que algunos conceptos, por falta de relevancia y adecuación se podrían excluir del currículo escolar.
Los autores encontraron 7 problemas fundamentales:
1. Sobrepeso y obesidad
2.Desórdenes de la conducta alimentaria
3. Malnutrición por defecto
4. Infecciones e intoxicaciones alimentarias
5. Sedentarismo
6. Enfermedades no transmisibles, alergias e intolerancias alimentarias
7. Mala práctica de la actividad física y deportiva
De estos 7 problemas, en el concerniente a desórdenes de la conducta alimentaria es donde hacen alusión a la importancia de una actitud crítica frente a la publicidad y el marketing empresarial, pero personalmente creo que esto es algo fundamental que debería ser una competencia transversal que impregne cada punto en la educación de nuestros jóvenes.
Fomentando una cultura crítica y que se plantee, desde los contenidos impartidos y su metodología, hasta la importancia de un pensamiento crítico para el mantenimiento de la salud.
No obstante es un gran trabajo que se puede tomar como punto de partida para rediseñar los contenidos alimentarios y relativos a la actividad física y el deporte que hasta ahora se imparten, y que han demostrado tener escasa penetrancia en los hábitos de los adolescentes.
Espero que iniciativas como estas sean valoradas por los organismos competentes y que legislan en materia educativa, así como que se tomen medidas a los problemas que no acontecen dentro del recinto educativo, como la intromisión de la industria y multinacionales de comida basura, tabacaleras, etc.
Así mismo también es importante predicar con el ejemplo, ya que somos el reflejo de los jóvenes.
Los otros significativos (término que hace referencia a las personas de influencia en el joven) tienen igual o más importancia en la adquisición de conductas y hábitos saludables que la escuela.
Y por lo tanto, seremos mucho más eficientes en nuestro compromiso si todos trabajamos cooperativamente.
O al menos, si no enviamos mensajes contradictorios que les creen dilemas o dudas sobre los beneficios de la actividad física o de una alimentación saludable.
Bibliografía y artículo recomendado:
- Pérez de Eulate, L., Llorente, E., Gavidia, V., Caurín, C., Martínez, M.J. ¿Qué enseñar en la educación obligatoria acerca de la alimentación y la actividad física? Un estudio con expertos. Enseñanza de las Ciencias. 2015;33(1):85–100.
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