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La salud.

Ese concepto a veces abstracto, que no somos capaces de definir con la correcta exactitud, pero que todos sabemos perfectamente lo que significa. Estar bien, sin problemas para realizar nuestras labores, nuestro día a día, y en cualquier plano: social, físico, mental, laboral

Bien, pues de eso hablaremos en este artículo, sobre la salud, y sus condicionantes –es decir, los factores que más influyen en la salud humana–, que van mucho más allá de cuidarse, hacer ejercicio, y no fumar. Aunque a veces lo podamos resumir así.

Por lo tanto, veremos algunos de los hábitos que más relacionados están con nuestra salud, ya que un hábito, al repetirse de manera recurrente a lo largo del día, o de las semanas, tiene una relevancia importante en nuestra salud: tanto si es un hábito saludable, como si es un hábito tóxico.

Si hacemos actividad física un día, está genial, habremos gozado de unos beneficios interesantes, pero no son comparables a los beneficios de realizar ejercicio físico diario, y de manera constante y bien planificada. Es como tomar fruta para merendar, está genial, pero está mucho mejor tomar fruta para desayunar, de postre, y para merendar, exactamente, está tres veces mejor.

Luis Aguilar

Hay un refrán que dice que el hábito hace al monje, supongo que la salud se construye sobre hábitos también; los buenos pueden soportar catedrales, y los malos, digamos que hacen tambalear nuestro cuerpo.

Vamos a seleccionar algunos hábitos relativos a la actividad física, la alimentación, la sociología, y los hábitos tóxicos. Y aunque se nos escaparán otros muchos hábitos o conductas que influyen en la salud humana, esperamos lograr una buena síntesis de los más importantes, o al menos, los que más nos preocupan.

Hábitos alimentarios saludables

Hay alimentos saludables y alimentos que no lo son.

Entre los saludables destacan las frutas, verduras, hortalizas, tubérculos, legumbres, frutos secos, los cereales –preferentemente integrales–, las grasas saludables como el aceite de oliva…

Pero tan importante para nuestra salud es comer alimentos saludables, como evitar aquellos que no lo son. Y lamentablemente, últimamente está aumentando la oferta de alimentos poco saludables, como los ultraprocesados, los embutidos y las carnes procesadas, los dulces y la bollería, los lácteos azucarados, las bebidas azucaradas, los snacks a base de cereales refinados y grasa de poca calidad y sal, cereales azucarados, y un lamentable y triste ect.

Hábitos físico-deportivos saludables

Se recomienda practicar al menos 30 minutos de actividad física diaria cardiovascular, de moderada o alta intensidad, como correr, nadar o jugar al fútbol o al baloncesto. Así como trabajar la fuerza, al menos 3 días a la semana.

Nuestro trabajo, influye en nuestro nivel de actividad física. Un cartero por ejemplo, tendrá cubierto de sobra las recomendaciones de actividad física cardiovascular, ya que pasa toda su jornada laboral andando, pero un oficinista, o cualquier otro trabajo sedentario, requerirá de una planificación extra que procure lograr las recomendaciones mínimas de actividad física.

El sedentarismo aumenta el riesgo cardiovascular y de muerte prematura, y empeora la calidad de vida. No exagerábamos al sostener que mantenerse activo es uno de los hábitos que más influyen en la salud humana.

Hábitos sociales

Nuestros amigos, nuestras relaciones, nuestra pareja, y la familia, influyen también en nuestra salud. La influencia de la gente con la que nos juntamos es notable. Desde la forma de pensar o entender el mundo, hasta los hábitos que realizan y nos empujan a realizar con ellos.

En este apartado, podríamos hablar de inteligencia emocional, ya que es necesaria para seleccionar a aquellas personas interesantes, saludables, y que más nos aportan. Y no nos referimos a ser egoístas en nuestras relaciones, todo lo contrario. Ayudar a quien necesite ayuda, apoyo, o consejo emocional o sentimental, no es solo correcto y deseable, sino que también nos va a beneficiar a nosotros al hacernos sentir mejor. Pero hay casos excepcionales de personas tóxicas, que viven un bucle infinito de pesimismo y negatividad, y es preciso saber identificarlas, para que no nos absorban en su bucle negacionista y nos arrastren a la depresión u otras enfermedades o problemas.

Hábitos tóxicos

El alcohol y el tabaco son los dos grandes enemigos de salud pública en las sociedades “civilizadas”. Aunque no son los únicos.

Como dicen Basulto y Cáceres: “No se trata de los beneficios de respirar aire puro sino de detallar los riesgos del tabaquismo (para el fumador, o para el que convive con él, sobre todo si es un niño) y de tomar medidas legislativas para proteger a los no fumadores, y para que la promoción directa, indirecta, o encubierta del tabaco pase a la historia.”

El tabaquismo es una causa conocida de cáncer, enfermedad cardiovascular, complicaciones en el embarazo y EPOC, entre más de 25 complicaciones de salud.

Tal es la magnitud del problema que esta es la primera causa de enfermedad, invalidez y muerte evitable en nuestro país. Se estima que aproximadamente el 15% de las muertes en España son causa del tabaco.

Respecto al consumo de alcohol, la OMS sostiene que el consumo de alcohol y los patrones de consumo de alcohol son uno de los principales problemas de salud pública, debido a las graves consecuencias para la salud; además, el alcohol es responsable del 17,6% de todas las muertes por lesiones en todo el mundo.

El aire que respiramos

El entorno atmosférico, es otro determinante de nuestra salud. Respirar aire contaminado por la polución de miles de vehículos a motor, la industria, y otros contaminantes, repercute en un menor estado de salud.

Como sostiene Elena Boldo, los contaminantes atmosféricos se han relacionado con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, daños en la vegetación, con la acidificación y eutrofización de suelos y aguas, con la reducción de cosechas, con el cambio climático o con la corrosión de edificios, entre otros efectos adversos. La incipiente contaminación atmosférica se está empezando a relacionar con el aumento de la incidencia de cáncer en la actualidad. Especialmente se asocia al cáncer de pulmón, pero también se ha observado una relación entre la contaminación de atmosférica y cáncer de las vías urinarias y próstata.

Entre los principales contaminantes atmosféricos presentes en las zonas urbanas, nos encontramos el CO2, los óxidos de azufre y de nitrógeno, las pequeñas partículas en suspensión -que tienen diversas procedencias, tamaños y características-, metales, hidrocarburos aromáticos policíclicos, dioxinas y furanos, y otros gases tóxicos. Por lo que controlar el aire que respiramos y el entorno en el que vivimos tiene una relevancia primordial para preservar y mantener un buen estado de salud.

A modo de conclusión

Los aspectos o factores que hemos citado, son algunos –no todos– de los que influyen en la salud humana. Que como veis, tiene muchos frentes abiertos, o disciplinas; por lo que podemos decir sin miedo a sonar pseudocientíficos, que la salud es una disciplina holística e integradora, ya que abarca varios ámbitos o disciplinas. No obstante, los factores que afectan a la Salud son claros, y están definidos. Los hábitos saludables son claros y están definidos, y los hábitos tóxicos que nos restan años y calidad de vida, son claros (al menos los que hemos citado) y están definidos.

Por lo tanto, si queremos mejorar nuestro estado de Salud, o mantenerlo adecuadamente, deberemos poner en marcha medidas para instaurar hábitos saludables, y alejarnos de los hábitos tóxicos o insanos que nos restan calidad de vida.

En tus manos está la decisión de emprender un camino u otro.

Y un último consejo: piensa y sé crítico, que no todo lo que pone que es sano, lo es, ni todo lo que te venden como saludable, lo es. Lee, piensa y contrasta. No hagas actos de fe con tu salud.

Referencias:

  • Baladia, E., Martínez Rodríguez, R., Legumbres y salud: sumario de evidencias rápidas. RED-NuBE; 2016. Disponible en: www.rednube.net/docs/legumbres_2016.pdf
  • Basulto J., Cáceres J., Más vegetales menos animales, Barcelona, Debolsillo, 2016.
  • Boldo, E. La contaminación del aire. Madrid, Catarata e Instituto de Salud Carlos III, 2016.
  • Lindsay, G.S., Banting, L., Eime, R., O´Sullivan, G., Van Uffelen, J.G.Z., «The association between social support and physical activity in older adults: a systematic review», Int J Behav Nutr Phys Act, 2017; 14:56.
  •  Lopes, J.S.S., Machado, A.F., Micheletti, J.K., de Almeida, A.C., Cavina, A.P., Pastre, C.M., «Effects of training with elastic resistance versus conventional resistance on muscular strength: A systematic review and meta-analysis.», SAGE Open Med. 2019 Feb 19;7: 2050312119831116.
  • Patel, H., Alkhawam, H., Madanieh, R., Shah, N., Kosmas, C.E., Vittorio, T.J., «Aerobic vs anaerobic exercise training effects on the cardiovascular system.» World J Cardiol. 2017; 9(2): pp. 134–138.
  • Tabernero, C., Luque, B., Cuadrado, E., «A Multilevel Study of Alcohol Consumption in Young Adults: Self-Efficacy, Peers’ Motivations and Protective Strategies» Int. J. Environ. Res. Public Health 2019, 16(16), 2827.

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