¿Es el desayuno la comida más importante del día?
Muchos autores defienden que el desayuno es la comida principal del día, y por lo tanto debe ser una ingesta elemental en la alimentación humana. Pero lejor de la opinión de los «expertos», no hay un horario definido para la alimentación humana, y una vez más, la clave está en los hábitos, y la calidad cualitativa de nuestra dieta.
Por ejemplo, comparando el desayuno del croissant, con el de los cereales integrales con leche y plátano, podemos llegar a la conclusión de que las comparaciones son odiosas. Y que cualitativamente, uno es indiscutiblemente mejor que el otro.
La alimentación es un hábito cultural, y como tal está condicionado a muchos factores y de diferente peso entre las diferentes culturas, como pueden ser la elección del tipo de alimento, la religión, los horarios o el clima por citar algunos de ellos.
Por lo tanto, esto hace difícil generalizar recomendaciones.
Por lo tanto, los beneficios del desayuno como tal, aparecerán debido a la elección de los alimentos, y no porque sea la primera ingesta del día.
Hay que valorar otros hábitos individuales para recomendar un desayuno adecuado, pero en líneas generales, se entiende por un buen desayuno aquel que contiene los siguientes alimentos:
- Fruta
- Cereales integrales
- Lácteo (opcional)
- Café (opcional)
- Los frutos secos son una buena elección.
- Además se suele recomendar que el contenido de azúcares no sea muy elevado, es preferible obtener la energía de HC complejos o de la fruta.
Pero también es posible repartir los alimentos y nutrientes necesarios para cada día en del resto de ingestas, por lo que el desayuno, aunque suele ser algo recomendado por los horarios de nuestro estilo de vida, no es obligatorio realizarlo nada mas levantarnos. Se puede romper el ayuno (des-ayuno) horas después de comenzar el día: a la hora de comer, por ejemplo.
Por lo tanto, siendo conscientes de la magnitud de la recomendación, debemos ser un poco prudentes y no generalizar.
Tras analizar la situación de cade persona, es muy probable que convenga realizar 4, 5 o 6 ingestas al día, pero esto tampoco quiere decir que tomar 2 o 3 ingestas al día sea una barbaridad, o contraproducente para mantener y desarrollar un estado de salud óptimo.
Las preferencias de la persona y sus hábitos actuales son muy importantes a la hora de mantener el desayuno como una ingesta más a lo largo del día.
En ocasiones convendrá modificar la elección de los alimentos durante el desayuno, pero en ocasiones (por mejor disponibilidad horaria u otro factor) es perfectamente factible retrasar y/o suprimir esta ingesta 2 o 3 horas, para realizar un almuerzo tranquilo, sabroso y que nos sacie hasta la hora de comer.