Nutrición Ortomolecular

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La “nutrición ortomolecular” o terapia de las megavitaminas es una corriente o terapia alternativa que recomienda el uso de cantidades de biomoléculas (como vitaminas) por encima de las recomendaciones establecidas por organismos como la OMS. La proliferación de estas pseudociencias es peligrosa para la salud, pues concentraciones elevadas de determinadas vitaminas (sobre todo las liposolubles que son más propensas a acumularse) pueden desencadenar patologías innecesarias (1). La toxicidad por minerales como el hierro, el cinc, el yodo o el selenio también pueden aparecer si la suplementación se realiza indiscriminadamente.

Se le atribuye la creación de esta “corriente alternativa” a Linus Pauling, quien en 1968 acuñó el término. Pauling dedicó los últimos 20 años de su vida a esta obsesión por las vitaminas y la bioquímica, fruto de una enfermedad incurable diagnosticada a los 40 años de edad (1).

Es cierto, que las vitaminas son esenciales para un correcto estado de salud, pero su exceso puede acarrear consecuencias negativas.

Algunos de los problemas derivados del exceso de vitaminas liposolubles son los siguientes:

Vitamina Patología por hipervitaminosis Otros signos y síntomas
Vitamina A Cefalea, anorexia, hepatoesplenomegalia, Alopecia, aumento de la presión intracraneal, retraso en el crecimiento, apatía, edema y vómitos.
Vitamina D El calcio se fija en los tejidos y produce hipertensión arterial e insuficiencia renal, aterosclerosis y encefalopatía. Puede aparecer hipercalcemia si la dosis supera en 25 veces a la recomendación.
Vitamina K Ni en la administración de filoquinonas (K1) ni de menaquinonas (Vitamina K2) se han visto efectos adversos por cualquier vía de administración (2).
Vitamina E Es muy infrecuente Cefalea, visión borrosa, reducción de la función gonadal, náuseas y flatulencia (3).

Tabla elaborada a partir de las siguientes fuentes: (2,4,3).

El exceso de minerales también es perjudicial para la salud.

En el caso del hierro, una ingesta excesiva puede producir hemosiderosis, y si esta patología se relaciona con daño a los tejidos se demoniza hemocromatosis (2).

El exceso de zinc (100-300mg al día) aunque es raro, puede interferir con la absorción de cobre, y provocar síntomas por deficiencia de este mineral. 50 mg al día se ha visto que disminuye los niveles de colesterol HDL en adultos varones (2).

El exceso de cobre por consumo alimentario se considera imposible, pero una suplementeación excesiva podría provocar cirrosis hepática y anormalidades en la formación de los eritrocitos (2).

Un consumo excesivo de yodo, puede provocar bocio. La toxicidad por selenio, puede producir problemas neurológicos, cambios cutáneos y caries. Y el exceso de molibdeno (10-15mg al día), se asocia a una patología similar a la gota (2).

Todos estos resultados, nos indican que hay que ser precavidos con las recomendaciones de suplementos, y por supuesto individualizar y asesorarse siempre por profesionales sanitarios cualificados.

Otra recomendación de la nutrición ortomolecular que tampoco tiene mucha base científica es la eliminación de lácteos y cárnicos. Sí que es cierto, que estos alimentos no deben ser la base de nuestra dieta, pero un consumo moderado y ocasional es perfectamente compatible con un estilo de vida saludable.

Actualmente, los “centros” o “herbolarios” donde han proliferado estas tendencias alternativas que pueden poner en riesgo nuestra salud, han llegado incluso hasta Albacete, y son más numerosos en las grandes ciudades, donde el auge y el aura mística que envuelve a los “tratamientos naturales” sigue captando nuevos adeptos, engañados con la publicidad y atraídos por el humo que venden los métodos naturales.

Alimentos y compuestos tan naturales como el cianuro, que se encuentra en la naturaleza, pero que no es recomendable para el consumo humano.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Medicina ortomolecular [Internet]. Wikipedia. [cited 2015 Aug 29]. Available from: https://es.wikipedia.org/wiki/Medicina_ortomolecular
  2. katheleen Mahan L, Escott-Stump S. Nutrición y dietoterapia de, Krause. 10a ed. Mexico: Mc Graw Hill; 2001. 1279 p.
  3. Apaza Paucara J. J. Vitaminas liposolubles. Rev Act Ualización Clínica. 2014;41:2151–5.
  4. Soriano del Castillo J M. Nutrición Básica Humana. Valencia: PUV; 2006. 421 p.

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