Se ha escrito mucho sobre dietas milagro, hace unos años que escribimos vendedores de humo y otras dietas, o de las dietas eternas a la educación alimentaria, resaltando la importancia de una buena educación alimentaria, que nos ayude a identificar este tipo de dietas que nos prometen mucho, pero pueden llegar a ser peligrosas para la salud.
Entre las características de las dietas milagro o fraudulentas, destacan:
– Que nos prometen resultados rápidos, con poco esfuerzo y que suelen ser la solución definitiva a tus problemas de peso.
– Que para conseguir los resultados, hay que seguir unas pautas o directrices (novedosas y que nadie se había dado cuenta hasta ahora) pero sin base o fundamento científico.
– Suelen basarse en experiencias personales o testimonios que aseguran los grandes beneficios de dicha dieta, y lo contentos que están (lo cual tampoco es evidencia científica).
– Y por lo tanto, comprometen la salud de la población, al recomendar métodos o dietas, que no tienen ni pies ni cabeza, sin base ni fundamento de ningún tipo, y que generalmente esconde unos intereses económicos (o consultas individuales por gente que no suele estar capacitada para ejercer, o venta de productos…)

En el blog gominolas de petróleo también podemos leer un artículo muy interesante sobre las dietas milagro para los que quieran profundizar.
Vamos a destacar una última dieta, que nos ha llamado la atención, porque ni siquiera se molesta en camuflar que no tienen ningún fundamento, y cito textual la respuesta que aparece en el libro a la pregunta: ¿Hay alguna evidencia científica de que esta dieta funciona?
“Absolutamente ninguna. Pero soy consciente de no tener competencia alguna en este sentido.” Agua Morán 2016, (¿Quién dijo dieta?)
Afortunadamente, y con declaraciones como esta, es normal que dicha dieta en cuestión no haya tenido mucha repercusión (lees hasta la página 14 como mucho, en la que encuentras dichas declaraciones y lo dejas), pero nos ha llamado la atención la desfachatez con la que la autora hace apología de su incompetencia, ignorancia e irresponsabilidad.
Por si teníamos alguna duda de si merece la pena seguir leyendo, en las páginas siguientes nos aclara cualquier atisbo de dudas:
“¿Hay alguna página de testimonios cursis como tienen todas las dietas?”
Y nos dice Agua Morán, que por supuesto, y nos enlaza a un foro y otro enlace en el que no nos hemos querido adentrar por miedo a lo que pudiéramos encontrar, y confirmando una vez más, que se trata de una dieta fraudulenta.
Esta dieta milagro en concreto, se basa principalmente en 3 reglas:
· No Snacks (no tomar aperitivos o meriendas).
· No Sweets (no tomar dulces).
· No Seconds (no tomar segundos platos o raciones).
Y una excepción: (a veces) los días que en inglés empiezan por S: Satuday, Sunday and Special days (sábado, domingo y días especiales).
Ya ves el grado de evidencia acumulado.
Aglutina las características fundamentales de las dietas milagro que hemos comentado al principio.
Esta es un claro ejemplo de dieta fraudulenta, pero hay otras, que encontrarás que se trabajan más su planteamiento, y procuran camuflarlo con artículos científicos (los cuales suelen estar sesgados y no tienen mucha validez) o poniendo al mismo nivel las confesiones o experiencias personales que las investigaciones científicas. Por lo que, aun teniendo en cuenta las características fundamentales que hemos comentado al principio, normalmente se puedan identificar a muchas de estas dietas, vas a necesitar un espíritu crítico y cierto nivel de escepticismo, para no caer en las redes de algunas de estas dietas milagro.