Alimentación en pacientes con disfagia

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La disfagia es un síntoma que se refiere a la dificultad para mover el bolo alimentario desde la boca al estómago.

Es un problema alimentario frecuente en personas mayores y especialmente en pacientes con algunas enfermedades degenerativas como el Alzhéimer, donde afecta al 84% de las personas (1) y puede ocasionar graves problemas de salud. Desde ahogamientos hasta deficiencias nutricionales, malnutrición o deshidratación.

La disfagia a sólidos, puede sugerir un problema obstructivo, y la disfagia a líquidos, generalmente indica un problema funcional.

Existen diversas estrategias para mejorar la alimentación de las personas con disfagia.

Pero el primer paso, es una buena recogida de datos para conocer las características de la disfagia, qué alimentos o bebidas ingiere mejor, en qué posición, con qué densidad o viscosidad…

Una buena anamnesis nos permitirá un tratamiento adecuado, y poder determinar el riesgo de malnutrición del paciente.

EAT-10 es uno de los cuestionarios más utilizados y aconsejados para evaluar los síntomas de la disfagia (2).

Veamos algunas pautas que pueden mejorar la calidad de vida de las personas con disfagia.

Modificación del volumen y la viscosidad del bolo alimentario

Hay varios test que nos permiten conocer qué viscosidad tolera mejor cada paciente. La prueba MECV-V consiste en suministrar al paciente tres tipos de bebidas y a diferentes volúmenes (5, 10 y 20 ml), una líquida (agua), otra tipo néctar (zumo) y otra tipo pudding (natillas o puré).

La prueba se inicia con 5 ml de bebida tipo néctar, y se observa la aparición de síntomas como tos, cambios en el tono de voz, presencia de residuos orales o si fracciona la deglución. Este método es un método sensible en la identificación de pacientes con disfagia o con riesgo de sufrir complicaciones respiratorias o nutricionales (3,2).

Algunos espesantes o gelatinas pueden mejorar la tolerancia para la disfagia a líquidos.

Cambios posturales

Dentro de las recomendaciones generales, las posturales quizá sean las más importantes. Se recomienda comer y beber sentado, con la espalda apoyada y formando 90 grados, y los pies apoyados en el suelo.

Si la alimentación se realiza en cama, esta tendrá una elevación de la cabecera de al menos 45º. La columna cervical ha de estar alineada de frente y en ligera flexión anterior durante la deglución (2).

Además el paciente deberá estar siempre vigilado, comer en entornos tranquilos y sin distracciones, prestando especial atención a la masticación y la deglución.

No está recomendado el uso de jeringas para suministrar el alimento, ya que no permite objetivar si se ha finalizado la deglución (2).

Maniobras deglutorias

En pacientes con hemiparexia, se recomienda rotar la cabeza hacia el lado afectado para facilitar el paso del bolo alimenticio.

Existe controversia sobre el uso de pajitas, algunos autores están en contra, mientras que otros argumentan que limitan el volumen de la ingesta, y disminuyen el riesgo de aspiración. Un buen consejo parece prestar atención a las preferencias de cada persona.

Otros aspectos generales

Es importante utilizar cucharas de un volumen adecuado y esperar a que haya deglutido correctamente el alimento hasta la próxima cucharada.

Se recomienda que la cuchara entre en la boca en posición horizontal y contactando con la base de la lengua, ya que esto ayuda al proceso de deglución como un estímulo (2).

Pautas dietéticas a tener en cuenta en la elaboración de purés

Es importante que los alimentos seleccionados sean de gran calidad. Y es fundamental que el puré contenga los siguientes grupos de alimentos:

  • Verduras y hortalizas.
  • Espesantes con hidratos de carbono (arroz, pan, legumbres, patata)
  • Aceite de oliva, aumenta el contenido energético y aporta grasa de calidad
  • Alimento protéico. Carne, pescado, huevo o legumbres. Evitar cartílagos o proteína de difícil asimilación, los pescados blancos suelen tener mejor aceptación por su sabor suave.

La limitación de la ingesta hace necesario plantear una dieta de calidad que aporte los nutrientes mínimos necesarios para evitar problemas de salud, seleccionando nutrientes con una alta densidad energética y nutricional.

Síntomas tan comunes como la disfagia ponen de manifiesto la incuestionable necesidad de la inclusión de un profesional sanitario específico en alimentación y nutrición en el sistema de salud. También es de gran importancia la formación a las familias y profesionales que atienden a personas con disfagia, especialmente en la tercera edad.

Bibliografía:

1. Baena González. Abordaje de la disfagia en enfermos de alzhéimer. Nutr Hosp [Internet]. 2016 [citado 31 de julio de 2016];33(2). Disponible en: http://revista.nutricionhospitalaria.net/index.php/nh/article/view/286

2. Peláez MVS. Disfagia orofaringea en el anciano hospitalizado: prevalencia, métodos diagnósticos y cuidados de enfermería. Nuberos Científica [Internet]. 12 de abril de 2015 [citado 31 de julio de 2016];2(15). Disponible en: http://nc.enfermeriacantabria.com/index.php/nc/article/view/118

3. Clavé P, Arreola V, Romea M, Medina L, Palomera E, Serra-Prat M. Accuracy of the volume-viscosity swallow test for clinical screening of oropharyngeal dysphagia and aspiration. Clin Nutr Edinb Scotl. diciembre de 2008;27(6):806-15.

 

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