¡No hay que comer de todo!

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No hay que comer de todo, de la misma manera que no hay que fumar, ni beber ni descuidar la higiene si queremos gozar de un buen estado de salud.

¿De dónde viene esta recomendación?

Este bulo o eslogan lo ha inculcado sobre todo la industria alimentaria, y se puede descomponer en otros como “no hay alimentos buenos ni malos” o “hay que comer de todo con moderación.”

¿Qué tienen en común estas pretensiones de la industria alimentaria?

Lo primero que debería quedar claro, es que no vienen de profesionales de la alimentación, ya que actualmente hay una abrumadora evidencia de alimentos mejores que otros para determinadas patologías y por lo tanto para mejorar o empeorar el estado de salud.

Y lo segundo, es que no persiguen mejorar la alimentación de la población. Sino ganar dinero a través del consumo de los “productos comestibles” que comercializan, ya que actualmente comercializan de todo: dulces y bollería, lácteos azucarados, bebidas energéticas o azucaradas, embutidos y carnes procesadas, y un largo y triste etcétera.

Ya habló de esto Aitor Sánchez en el capítulo 4 de su libro. Desmontando el mito de “no hay alimentos buenos ni malos.”

Hablar a una sociedad son tasas tan altas de sobrepeso y obesidad, y recomendar alimentos superfluos, refinados y calóricos, a sabiendas de que su consumo ya es elevado, es poco ético y se deberían tomar medidas pronto si queremos revertir esta situación.

Como recuerda Aitor, es irresponsable mantener la neutralidad y perpetuar enfermedades no transmisibles como la obesidad, la diabetes tipo 2 o el síndrome metabólico.

“Si juzgamos los alimentos desde el punto de vista de la salud, podemos decir claramente que sí que hay alimentos buenos y malos, es decir, sanos e insanos.” (1).

 

Algunos de los responsables de perpetuar estas lamentables recomendaciones gozan con el beneplácito del Ministerio de Sanidad. Al que al parecer no parece importarle demasiado la salud de su población, y pone al lobo a cuidar de las ovejas.

 

www.habitosdevidasaludables.com/home.php

 

En la web podéis ver todas las empresas adheridas y cómo promocionan alimentos que no son deseables, como carnes procesadas y embutidos, o cereales refinados. Así como dulces y bollería. Sí, has leído bien.

 

“La afirmación de la industria alimentaria de que no existe esa cosa llamada <<alimentos malos>> no es cierta. Hay alimentos buenos y malos, y el consejo debe ser comer más alimentos buenos y menos de los malos. La noción de que está bien comer de todo con moderación es simplemente una excusa para comer lo que nos venga en gana.” Dariush Mozaffarian en (2).

 

Además cuanto más se aumenta la diversidad alimentaria y el abanico dietético mayor es el riesgo de sufrir obesidad, diversos estudios de 2001 a 2011 lo corroboran (2).

 

¿Entonces qué hay que comer?

 

Pues en resumen, alimentos de toda la vida, aquí os dejo una entrada de Carlos Ríos que os puede dar alguna idea http://realfooding.com/matriz-alimentaria/

Me gustaría que quedase claro que no es lo mismo comer una pieza de fruta, que un producto con la misma cantidad de fibra, vitaminas y minerales, pero elaborado artificialmente.

Se calcula que un 50-70 % de las calorías que ingerimos se basan en carbohidratos de alto índice glucémico o rápida absorción, es decir, refinados (u otros como la patata o el maíz). (3)

 

Esto, unido a los índices de sedentarismo de la población española, y las tasas de sobrepeso y obesidad, no es un dato esperanzador. Además las políticas que estamos implementando tampoco son halagüeñas. Recordemos que todavía no hay dietistas nutricionistas en la sanidad pública.

El entorno obesogénico propicia el aumento de esta enfermedad.

Pero bueno, una copita de vino…

 

Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero el que se toma esa copita de vino porque se lo recomendó el médico, o porque es bueno para el corazón, ya puede dejar de hacerlo. No es bueno. El alcohol es tóxico, independientemente de la dosis, y hasta un consumo de bajo riesgo aumenta el riesgo cardiovascular.

Las evidencias en la prevención y tratamiento del cáncer también abogan por eliminar o prescindir del consumo de alcohol.

consecuencias del consumo de alcohol
El alcohol causa perjuicios a los demás que al propio consumidor: robos, accidentes, violaciones…

 

Más claro agua.

 

Aquí os dejo un vídeo de Julio por si tenéis alguna duda.

 

 

Recapitulando: para una alimentación sana:

 

 

 

 

Bibliografía

  1. Aitor Sánchez. (2016) Mi dieta cojea. Paidós, 2ª ed. 234 p.
  2. Julio Basulto y Juanjo Cáceres (2016). Más vegetales, menos animales. Debolsillo, 1ª Ed. 340p.
  3. Luis Jiménez (2016). Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable. Plataforma actual, 2ª ed. 232 p.

 

 

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