Los medios de desinformación: dónde no buscar información sobre alimentación, dietética y nutrición

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Actualmente, los medios de comunicación parece que priorizan otros intereses por encima de mantener informado al ciudadano.

Lamentablemente, los intereses comerciales, políticos y económicos son mas poderosos que la verdad, la Salud, y la libertad para ejercer la ciencia de manera adecuada.

Paradójicamente, esto no es por falta de profesionales y gente con las ideas y valores claros, sino porque los lobbies, grandes empresas y corporaciones malintencionadas precisamente buscan a aquellas personas sin escrúpulos capaces de reproducir sus  mensajes subliminales e información tergiversada, para conseguir sus objetivos, muchas veces poco o nada éticos.

Esta entrada es para aconsejar en la medida de lo posible algunas fuentes de información veraces, y al menos contrastables; dentro del campo de la alimentación, la dietética y la nutrición, para la mayoría de gente que se pregunta acerca de su alimentación y quiere conocer algo más para mejorar su salud.

El primer consejo para dar relevancia a una fuente de información es que los argumentos, datos, o conclusiones que nos aporten procedan de fuentes contrastables, es decir, que podamos revisarlas y sacar nosotros mismos nuestras propias conclusiones de la fuente original, al igual que lo hizo el autor en su momento.

Esto es extrapolable a cualquier fuente de información, ya sea un blog, un artículo científico, o un libro.

Las opiniones de los expertos, aunque por normal general son fiables y suelen estar basadas en datos e investigaciones científicas, no son un argumento de peso entre la comunidad científica, por lo que si tenéis dudas en algún tipo de información de este tipo, o recomendación, es aconsejable contrastar fuentes y reflexionar sobre los fundamentos y sus argumentos.

Si queréis indagar más dentro de la investigación, los metaanálisis pueden ser un buen punto de partida para poneros al día. No obstante, en palabras de Eduard Baladia: «los metaanálisis no son el mayor nivel de evidencia».

Los libros también pueden ser una buena fuente de información, aunque en la Nutrición y la dietética, hay mucho intrusismo, y supuestos «profesionales» que no lo son tanto.

Los requisitos para publicar un libro son mucho menos exigentes que para publicar en revistas científicas.

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Estos libros se pueden identificar fácilmente porque suelen vender humo, resultados rápidos, fáciles, sin esfuerzo y tienden a simplificar demasiado las cosas con argumentos poco elocuentes.

Y lo más importante, que se sacan de la manga, no veréis artículos interesantes de donde procedan sus conclusiones, porque son invenciones que podría haber tenido un niño en la mayoría de los casos. No obstante, hay libros de este estilo que están algo mejor camuflados.

Por norma general, las revistas científicas son el motor de la ciencia, estudios observacionales, experimentales, de revisión, o de diversa índole, pero el mero hecho de que proceda de una revista científica ya es una garantía bastante buena para empezar a creernos la información, aunque siempre hay artículos con conflictos de intereses.

Si queremos acceder a revistas de calidad, es cierto que la mayoría están en inglés. Un buen indicador de prestigio dentro de las revistas, es el factor de impacto, aquí podemos ver las revistas con mayor factor de impacto del año 2011 en el área de nutrición.

Otra fuente de información suelen ser las Fundaciones.

Como la FEN o la FESNAD.

Fundaciones, es decir entes privados creados y dirigidos por un patronato.

Su objetivo es el «estudio, conocimiento y mejora de la nutrición de los españoles, a cuyo fin coordina estamentos científicos e industriales en las tareas investigadoras en el campo de la nutrición siendo un nexo de unión entre la industria y los científicos.

Para conocer cómo funcionan de verdad estas instituciones te recomiendo que descargues y leas tranquilamente Puertas giratorias, conflictos de intereses y amistades peligrosas entre la  industria alimentaria y los organismos de salud.

Documento elaborado con Justicia Alimentaria Global y que pone de manifiesto cómo los que deben cuidar la salud de la población son los que se enriquecen vendiendo alimentos ultraprocesados y azucarados.

Y también los que se autoregulan la publicidad que les genera tantas ganancias.

Mientras ¿qué hace el Ministerio de Sanidad? ¿ Y la AESAN?

 

Bibliografía:

– Los metaanálisis no son el mayor nivel de evidencia (2015). Eduard Baladia. Disponible en http://fedn.es/blog/evidencianutricion/

– FESNAD. Factor de impacto de las revistas indexadas en JCR en la categoría de Nutrition & Dietetics. 2011.

-VSF Justicia Alimentaria Global.Puertas giratorias, conflictos de intereses y amistades peligrosas entre la  industria alimentaria y los organismos de salud.

 

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