Beneficios de una alimentación vegetariana (III)

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Unos de los mayores beneficios de la alimentación vegetariana lo observamos en la prevención  y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.

Continuamos en esta tercera parte del artículo con patologías como el sobrepeso y la obesidad, la diabetes tipo II, el síndrome metabólico y el infarto de corazón.

 

Obesidad y sobrepeso

 

Generalmente se suele utilizar el IMC para clasificar la obesidad y el sobrepeso; así un IMC de 25 a 29.9 se considera sobrepeso, y a partir de 30, obesidad.

Ambas patologías se definen por un aumento del peso corporal debido a las reservas grasas: son enfermedades inflamatorias (su patogenia cursa con procesos inflamatorios), y a su vez son factores de riesgo para otras enfermedades cardiovasculares.

Con la obesidad el tejido adiposo aumenta la cantidad de adipoquinas pro y antiinflamatorias liberadas, sustancias implicadas en muchas de las manifestaciones clínicas de la enfermedad como por ejemplo la resistencia a la insulina en los adipocitos provocadas por el factor de necrosis tumoral α o la interleucina-6.

Cuando se generaliza la resistencia a la insulina aumenta el estrés oxidativo, la disfunción endotelial, la presión arterial y otras alteraciones del metabolismo lipoproteico, todas ellas perjudiciales para la salud (1).

Se sabe que la alimentación vegetariana ayuda a disminuir el IMC, controlando el sobrepeso y disminuyendo la obesidad en adultos, y ayudando a prevenir la obesidad infantil (2).

La presencia de antioxidantes en las dietas vegetarianas (Vitamina A, E, β-carotenos)  teóricamente proporciona una ventaja frente al estrés oxidativo.

Fraser (3) también comprobó que los vegetarianos eran más delgados, presentaban menores niveles de colesterol LDL, colesterol total y presentaban menor presión arterial.

Un estudio llevado a cabo por Barnard et al., (2006) comparó una dieta baja en energía vegetariana y la dieta propuesta por la ADA (American Diabetes Association) y aunque ambos grupos disminuyeron su IMC, A1C (hemoglobina glicosilada), el peso, el perímetro de la cintura y el colesterol total y LDL, el cambio fue significativamente mayor en el grupo vegano (4).

A la vista de los estudios se puede concluir que una dieta vegetariana es apropiada, adecuada, y un tratamiento eficaz para prevenir y controlar el sobrepeso y la obesidad.

Diabetes Mellitus tipo II (DMII)

 

La DMII o Diabetes no insulino-dependiente, es una enfermedad metabólica caracterizada por una resistencia a la insulina, niveles altos de glucosa en sangre y de insulina, y una deficiente secreción de insulina por el páncreas.

La dieta vegetariana es adecuada y recomendable en la Diabetes Mellitus y ayuda a prevenir la diabetes tipo 2 (5,6). Como también comentamos en el libro de hábitos saludables (11)

La reducción en la respuesta a la insulina, el colesterol y los niveles de triglicéridos es evidente en estos sujetos.

En poblaciones vegetarianas como en el caso de los Adventistas del séptimo día, la incidencia de diabetes tipo dos es más baja como señala Fraser (7).

Las dietas veganas ricas en fibra están caracterizadas por un bajo índice glucémico y una carga glucémica baja o moderada. En un ensayo clínico aleatorizado de 5 meses, una dieta vegana baja en grasa consiguió mejorar el control glucémico en personas con DMII,  logrando que un 43% de pacientes redujeran su medicación para la diabetes.

Las principales pautas para en tratamiento de estas patologías convergen en un control dietético y un aumento de la actividad física, siendo la dieta vegetariana conveniente y adecuada para controlar esta enfermedad que se puede considerar pandemia en los países industrializados.

Síndrome metabólico

 

El entorno obesogénico propicia el aumento de esta enfermedad.

Se define como una conjunción de factores de riesgo o enfermedades que aumentan las posibilidades de sufrir DM o una enfermedad cardiovascular.

Los criterios de diagnóstico según la OMS (1999) son los siguientes (8):

Presencia de diabetes mellitus, tolerancia anormal a la glucosa, glucemia de ayuno anormal o resistencia a la insulina, más dos de los siguientes:

  • Microalbuminuria: excreción urinaria de albúmina ≥ 20 mg/min o relación albúmina/creatinina en orina ≥ 30 mg/g.
  • Dislipidemia: triglicéridos (TG): ≥ 1.695 mmol/L y/o colesterol HDL (HDL-C) ≤ 0.9 mmol/L (en hombres), ≤ 1.0 mmol/L (en mujeres)
  • Obesidad central: relación cintura/cadera > 0.90m (en hombres), > 0.85m (en mujeres), y/o IMC > 30 kg/m2
  • Presión arterial ≥ 140/ 90 mmHg

Puesto que la dieta vegetariana ayuda a combatir el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión arterial y la diabetes tipo 2, es considerada uno de los factores clave, junto la actividad física, para prevenir y tratar el síndrome metabólico, ya que este síndrome es una combinación de diabetes o resistencia a la insulina y otras complicaciones cardiovasculares. Pese a que la modificación de unos hábitos de vida saludable es el principal tratamiento, en ocasiones hay que recurrir a fármacos (8).

  

Infarto de miocardio

La definición de infarto agudo de miocardio o infarto de corazón es un riego sanguíneo insuficiente, con daño tisular en una parte del corazón producido por una obstrucción en una de las arterias coronarias, frecuentemente provocado por la ruptura de una placa de ateroma. Los factores de riesgo están muy ligados a los de la arteriosclerosis, como pueden ser la edad, el sedentarismo, hipertensión arterial, el sexo masculino, hipercolesterolemia, estrés, tabaquismo, Diabetes Mellitus, Homocisteinemia y obesidad.

Los menores niveles de lipoproteínas plasmáticas, asociados a un menor IMC, pueden ser un importante factor de prevención de patologías cardiacas (9).

Además la dieta vegetariana también es adecuada para controlar otros factores de riesgo del infarto como son la hipertensión arterial, la DMII y la homocisteinemia, aunque esta última parece ser más efectiva en la prevención primaria que en el tratamiento de la patología (10).

A modo de conclusión

Es importante recordar que aunque las dietas vegetarianas son compatibles con un estilo de vida saludable para cualquier periodo de la vida, para aquellas personas veganas, es recomendable la suplementación de vitamina B12, pues es una vitamina casi exclusivamente de origen animal.

También conviene recordar que al igual que una alimentación omnívora puede resultar insana, una alimentación vegetariana también puede serlo.

Por lo que es recomendable siempre el seguimiento y control de un profesional de la alimentación y la nutrición.

Bibliografía:

  1. Rodríguez-Rodríguez E, Perea JM, López-Sobaler AM y Ortega RM. Obesidad, resistencia a la insulina y aumento de los niveles de adipoquinas: importancia de la dieta y el ejercicio físico. Nutr Hosp. 2009;24(4):415–21.
  2. Sabaté J, Wien M. Vegetarian diets and Childhood obesity prevention. Am J Clin Nutr. 2010;91(5):1525–9.
  3. Fraser G. Diet, life expectancy, and chronic disease. Studies of Seventh-day Adventists and other vegetarians. New York: NY: Oxford University Press; 2003. 231 p.
  4. Barnard, N, Jenkins, D, Gloede, L, Cohen, J, Turner-McGrievy, G, Jaster, B. et al. A low-fat vegan diet improves glycemic control and cardiovascular risk factors in a randomized clinical trial in individuals with type 2 diabetes. Diabetes Care. 2006;29(8):1777–83.
  5. Barnard ND, Jenkins DJ, Turner-McGrievy G, Katcher HI, Cohen J. Vegetarian and vegans diets in type 2 diabetes management. Nutr Rev. 2009;67(5):255–63.
  6. Huang T, Zheng J, Wahlqvist ML, Yang B, Li G. Cardiovascular disease mortality and cancer incidence in vegetarians: a meta-analysis and systematic review. Ann Nutr Metab. 2012;60(4):233–40.
  7. Gary E Fraser. Vegetarian diets: what do we know of their effects on common chronic diseases? Am J Clin Nutr. 2009;89(5):1607–12.
  8. Síndrome metabólico [Internet]. Wikipedia. [cited 2014 May 12]. Available from: http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_metab%C3%B3lico
  9. Spencer EA, Key TJ, Davey GK,, Knox KH,. EPIC-Oxford: lifestyle characteristics and nutrient intakes in a cohort of 33,883 meat-eaters and 31,546 non meat-eaters in the UK. Public Health Nutr. 2003;6:259–69.
  10. Méndez-González J, Rodríguez-Millán E, Julve J, Blanco-Vaca F. Tratamientos vitamínicos para disminuir la concentración de homocisteína: ¿reducen el riesgo de enfermedad cerebrovascular en prevención primaria? Rev Neurol. 2010;50(4):235–44.
  11. Aguilar-Salmerón, L. Hábitos saludables. Colección LAS Salud, 2020.

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